¡Adiós! Calonge, Garcés, Aguado….

Es poco probable que, a principios del siglo XIX, existiera en Tajahuerce alguna familia con el apellido «Calonge» como primer apellido. Por ello, es posible que el primero en establecer vínculos con este lugar haya sido Manuel Calonge Pinilla.

Hijo de Manuel Calonge Garray y María Pinilla Mazalvete, nació alrededor de 1770 en Pozalmuro, junto a sus cuatro hermanos varones. Su hermano Mariano debió frecuentar Tajahuerce, donde cortejó a Casimira, la hija mayor de Pedro Nolasco Garcés y María Marco Redondo. Quizás Pedro Nolasco descendiera de Manuel Garcés, quien figura como alcalde pedáneo de Tajahuerce en 1752, según el Catastro del Marqués de Ensenada. Esto sugiere que el apellido «Garcés» tuvo un arraigo importante en el pueblo, aunque hoy en día haya desaparecido.

En 1820, Mariano y Casimira contrajeron matrimonio en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Tajahuerce, pero fijaron su residencia en Pozalmuro, donde formaron una familia numerosa.

Cinco años después, Manuel Calonge Pinilla siguió los pasos de su hermano y se casó con Estefanía Garcés Marco, hermana de Casimira, consolidando aún más los lazos entre ambas familias. A diferencia de Mariano, Manuel y Estefanía permanecieron en Tajahuerce, lo que marcaría el origen del linaje «Calonge» en el pueblo, hoy prácticamente extinto.

La descendencia de Manuel y Estefanía

La pareja tuvo varios hijos entre 1826 y 1843: Vicente, Juana, Manuel, Ramón y Juliana Calonge Garcés. Ramón falleció en la infancia.

Mientras tanto, Manuel Garcés Marco, hermano menor de Estefanía y Casimira, se casó con Dominica Marco. Su hija, Josefa Garcés Marco, se unió en matrimonio con Gerónimo Aguado Rodrigo (registrado con «G» en los archivos eclesiásticos), lo que consolidó una nueva conexión entre los «Garcés» y los «Aguado». De este matrimonio nacería Ramón Aguado Garcés.

Estos últimos, al igual que los «Garcés», tenían un arraigo centenario en Tajahuerce.

La continuidad de los «Calonge»

El linaje de los «Calonge» perduró gracias a Vicente Calonge Garcés, quien se casó con Nicolasa Aguado Gil, posiblemente sobrina de Gerónimo Aguado. Sus hermanas, Juana y Juliana, diluyeron el apellido al casarse, mientras que el destino de Manuel es incierto.

Vicente y Nicolasa tuvieron tres hijos varones: Manuel, Segundo e Isidoro Calonge Aguado. Segundo se estableció en Pozalmuro, mientras que de Isidoro apenas hay datos.

Manuel Calonge Aguado fue quien mantuvo la presencia de los «Calonge» en Tajahuerce por al menos dos o tres generaciones más. Se casó con Gregoria Calavia García, de Pozalmuro, lo que sugiere que existía una estrecha relación entre los «Calonge» de ambos pueblos. La pareja tuvo tres hijos varones: Demetrio, Vicente y Félix (conocido como «El Chomo») y dos hijas, Matilde y Leonor Calonge Calavia.

Los «Domínguez» y su conexión con los «Calonge»

El primer «Domínguez» del que se tiene constancia es Toribio Domínguez de Las Lenguas, nacido en Esteras de Lubia en 1790. Se casó en Tajahuerce con Francisca Martínez Calvo, hija de Mathias y Joaquina, un matrimonio de Fuentepinilla (quizás Mathias fuera el maestro del pueblo).

Su hijo, Justo Domínguez Martínez, se casó con Magdalena Aguado Vera, hija de Joaquín Aguado y Agustina Martínez, cuatro años mayor que él, fortaleciendo así la conexión entre los «Domínguez» y los «Aguado».

Justo enviudó y, en segundas nupcias, contrajo matrimonio con Vicenta Borobio Giménez, de Aliud, diez años más joven. Con ella tuvo siete hijos entre 1856 y 1872: Apolinar, Venancia, Esteban, Agustín, Leocadia, Francisca y Ciriaco Domínguez Borobio.

Apolinar Domínguez Borobio se casó con Vicenta Angulo Yagüe, de Buberos. Tuvieron tres hijos: Buenaventura, María Nieves y María Trinidad Domínguez Angulo. Esta última —mi abuela paterna— se casó con Demetrio Calonge Calavia, uniendo así los apellidos «Domínguez» y «Calonge».

De esta unión nació la cuarta y más numerosa generación, con ocho hijos: seis varones y dos mujeres.

Venancia Domínguez Borobio, por su parte, se casó con Ramón Aguado Garcés (mencionado anteriormente), y tuvieron dos hijas: Ciriaca y Josefa Aguado Domínguez. Josefa se casó con Eugenio García Vellosillo, herrero del pueblo.

El destino de los últimos «Calonge» en Tajahuerce

Sabemos que Demetrio Calonge Calavia se casó con Trinidad Domínguez Angulo. Su hermana Matilde se casó con Álvaro Antón, secretario en el Campo de Gómara, y se marchó. Leonor, al casarse con Bienvenido Martínez, también dejó el pueblo para vivir en Villaseca de Arciel.

El destino más trágico fue el de Vicente, el hijo predilecto de Manuel Calonge Aguado. Autodidacta y virtuoso de la guitarra y el laúd, falleció con solo 21 años, probablemente debido a una cardiopatía oculta. Según relatos familiares, sintió una repentina indisposición tras un partido de pelota mano en la plaza y murió al llegar a casa.

La muerte de Vicente atormentó a su padre, quien, según el testimonio de Donato Pinilla, vecino de Pozalmuro, «harto de despertarse cada día y amargarse al ver el cementerio desde su puerta, decidió regresar a casa de la familia de Gregoria en Pozalmuro».

Aún recuerdo de niño ver en casa de mi abuelo la guitarra o el laúd de mi tío-abuelo Vicente, con el que aprendieron algún acorde varios sobrinos, incluido mi padre.

Félix Calonge Calavia, por su parte, también se estableció en Pozalmuro. En 1916, con 24 años, se casó con María Santos Hernández, una viuda sin hijos de 36 años. Según Donato, ella solía decir con humor: «Estuve casada diez años con un “hombretón” y fue incapaz de preñarme, y ha venido “el tirillas” este y, a la primera, uno detrás de otro». Así nacieron sus dos hijos, Adela y Aurelio.

Epílogo

Y así concluye este relato genealógico. En definitiva, la generación anterior a la mía es un entramado de «Calonge», «Garcés», «Aguado», «Calavia», «Domínguez» y otros apellidos que conformaron la historia de nuestra familia en Tajahuerce.

Hoy, soy el único y último integrante de la quinta generación de «Calonge» nacido en Tajahuerce. En 1962, emprendí el camino de la emigración, cerrando un ciclo, pero siempre con el recuerdo de mis ancestros.

Comentarios

El Torreón